Queridos Lectores:
Bienvenidos a esta
segunda parte de esta trilogía de posts llamada Tierra Quemada. Si
en la primera parte observábamos las posibles causas y problemas
latentes que causaron 5 días que sobrecogieron a Inglaterra, en esta
segunda entrega visitaremos la actuación de la policía y los
políticos principalmente el gobierno conservador de Cameron.
Y es que si hay algo
claro es que la chispa que prendió el fuego (en este caso
literalmente) fue la muerte de un ciudadano, supuesto criminal, a
manos de la policía cuando estaba siendo detenido.
La falta de información
presentada a la familia de este por parte de la policía y por parte
del cuerpo que se dedica a investigar la actuación de los cuerpos de
seguridad británicos (IPCC) llevo a unos pocos cientos a protestar
enfrente de la comisaria del barrio de Tottenham. Allí, después de
varias horas de protestas pacificas pidiendo más información sobre
lo acaecido, la violencia se desencadeno. Algunos testigos hablaban
de la policía agrediendo a una adolescente como el suceso que acabo
en violencia a lo largo y ancho de este barrio del noreste de
Londres.
A partir de hay la
policía se vio desbordada con solo unos pocos efectivos desplegados
para controlar una manifestación y subsecuentes disturbios. Gran
parte de los policías de la zona tomaron refugio en la comisaria
mientras cientos de personas quemaban, destrozaban distintos
vehículos y negocios en las cercanías. Cuando mas refuerzos
llegaron de las áreas de alrededor estos se limitaban a observar
como el barrio ardía y limitar en lo posible ( muy poco) los
atropellos que la masa esta cometiendo.
Claro esta la noticia,
viajo como el rayo y en pocas horas cientos de personas acudieron al
sitio para hacerse con lo que pudieran. Mientras tanto la policía
apenas realizaba detenciones.
Al día siguiente mucha
gente sabedores del vació policial aprovecho para dispersarse por
las zonas limítrofes con el área afectada la noche anterior para
proseguir con su campaña de saqueos, pero el tercer día fue el que
indujo el terror en miles de personas en Londres. Grupos de
saqueadores surgieron en decenas de sitios moviéndose a otra zona
cuando la policía llegaba, incinerando coches y tiendas para
distraer a las fuerzas del orden, llegando a amenazar a bomberos y
ambulancias.
Solo con la llegada de
este tercer día de horror y destrucción, el señor primer ministro
y el alcalde de Londres decidieron que era el momento de regresar de
sus vacaciones para imponer un poco de orden. Esta decisión fue
tomada después de 2 días de total pasividad por parte de la clase
política, principalmente el gobierno. Con la llegada del mismo y la
decisión de desplegar 16000 policías de manera constante en la
capital, la oleada de violencia y pillaje se debuto en la capital.
Lamentablemente la marea destructiva se desplazo a otras ciudades del
centro y norte de Inglaterra como Manchester, Liverpool o Birmingham.
Allí la violencia fue todavía más brutal y las pequeñas bandas se
transformaron en un grupos mas numerosos que llegaron a los miles de
personas en algunos casos. La actuación policial en estas ciudades
fue mucho mas agresiva y las detenciones se produjeron durante los
altercados y no solo después de ellos como en el caso de Londres.
Dos días después todo regreso a la calma.
Y es aquí cuando el
rifirrafe entre policía, gobierno y población empezó. La gente
acusaba al gobierno por su tardía reacción a lo sucedido. La
policía culpaba al gobierno por los recortes a sus presupuestos y el
gobierno culpaba a los jefes policiales por no usar estrategias
coherentes con la situación.
Con la situación
calmada, al menos en la calle, nos quedamos con un sabor amargo en la
boca.
Por que la policía no
actuó brutalmente. Por que cualquier intento por parte de los
saqueadores de acercarse a alguna zona comercial importante como
Oxford Street fue desbandado por parte de la policía con números
superiores a los delincuentes y sin embargo en zonas como Clapham
Common la Metropolitan Police tardo mas de dos horas en aparecer y
cuando lo hizo fue en escasos números.
Por que el gobierno
tardo tres días en decidir en volver al país, después de repetir
varias veces que la situación estaba controlada.
Yo tengo una pequeña
teoría conspiratoria que más gente a hecho pública. Ya que es
mucha coincidencia que justo cuando se producen los peores disturbio
en 20 años la policía apenas puede controlarlos, mientras tanto si
que pudo reventar las manifestaciones pacificas de los estudiantes el
otoño pasado, o las del G20 hace un par de años. Lo lógico es que
la población se enfadara con las fuerzas del estado, pero he aquí
el truco, la población hecho la culpa de lo sucedido principalmente
a los recortes de la policía (los cuales todavía no han entrado en
vigor) y por tanto al gobierno. Por eso aquí hay algo que huele a
podrido. No podría ser que los señores jefes de la policía
decidieran retener o no utilizar todos sus operativos, para demostrar
el caos que puede haber cuando los números de policías sean
reducidos. Seguramente sea pura coincidencia, pero hay algo que esta
claro, y es que el gobierno no podía atacarlos directamente ya que
la policía achacaría esos fallos a la falta de personal, como al
final ha acabado sucediendo.
Cada uno que crea lo
que quiera, pero yo no me fió de nadie, ni de una policía que con
gusto se extralimita en reprimir protestas pero se vio impotente con
los disturbios, ni de un gobierno que necesita demostrar que el país
necesita mas mano dura ya que hay una ruina moral que carcome a sus
gentes, por lo que hay que volver a sus valores mas conservadores:
disciplina, cárcel y ataque a las clases bajas.
Hasta aquí la segunda
entrega de Tierra Quemada. En la tercera parte observaremos los
efectos de lo ocurrido así como las conclusiones a las que unos y
otros han llegado.
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