martes, 22 de marzo de 2011

Libia, la conspiración y yo.

 

Queridos Lectores

 

He de reconocer que por unos momentos me deje llevar por el lado oscuro de la intervención militar, llegando a reconocer que la intervención occidental en Libia, si bien lejos de perfecta, incluso no recomendable, era necesaria para parar la masacre que Gaddafi intenta cometer en el este de su país, siendo las victimas civiles y las anárquicas fuerzas rebeldes. Durante unas horas me autoengañe para no sufrir demasiado por el pueblo libio, y a causa de un sentimiento de traición por una parte de la izquierda mundial. Pero esta fiebre duro poco. Tan pronto como las primeras bombas caían en Trípoli recupere mi sentido común. Llamalo teoría conspiratoria o llamalo X, pero justo cuando vi caer esas bombas y las primeras noticias de muertes civiles llegaban a Al-Jazzera, mi mente empezó a unir los hilos del porque y el como de la actuación occidental en este conflicto. Llegando a la conclusión que aunque aparentemente diferentes a Iraq y Afganistan, en realidad son muy parecidos.

 

Al principio del levantamiento contra Gaddafi, occidente decidió no actuar, según mi opinión, por dos razones. La primera que en caso de que el alzamiento no funcionase necesitaban seguir en buenas relaciones con el señor dictador, para poder seguir sangrando su petroleo. La segunda porque el sentimiento antioccidental de la población era por aquel entonces elevado y, claro esta, porque en países con situaciones parecidas no habían entrado por lo tanto la opinión publica les hubiera mandado a la mierda, como ha pasado con anterioridad.

 

Occidente dejo que la violencia siguiera su curso, solo haciendo tímidas declaraciones contra los abusos de Gaddafi, lo que permitió que la situación en la antigua colonia italiana se enquistara. con esto comenzaron los escarceos violentos, la toma de posesión de ciudades libias por parte de los rebeldes y lo inevitable (o evitable de haber actuado diplomaticamente y rotundamente antes) ocurrió y la dictadura envió sus tanques a reconquistar sus territorios perdidos, desembocando en una guerra civil. Como no, las fuerzas “opresoras” aunque no abundantes si que están mejor armadas y disponen (hasta ahora) de aviones, tanques modernos y artillería pesada, con lo que consiguieron reclamar el terreno perdido a una gran velocidad.

 

Esto fue el caldo de cultivo que estaba esperando occidente, los rebeldes asustados (y con razón) decidieron pedir ayuda a el mundo exterior y con ello abrieron la caja de Pandora. Alentados por la Liga Árabe pidieron a la ONU la imposición de una zona de exclusión aérea para no estar en desventaja frente al ejercito de Gaddafi. Y es hay cuando el imperialismo sonrió.

 

Lo que en principio era una zona de exclusión aérea se convirtió en un “hacer lo necesario para proteger a los civiles inocentes” o traducido al Roman-Paladino lo que sea para crear un conflicto constante y poder arramplar con su gas y petroleo.

 

Las primera noticias ya han demostrado esto, las bombas no solo han parado aviones y radares, sino también a tanques, soldados desplazándose y civiles sin pena ni gloria. Me encantaría que Gaddafi se fuera o (por duro que parezca) desaparezca de la faz de la tierra, si con ello occidente se quedara a las puertas y tuvieran que dejar en paz al pueblo libio para que esto puedan reconstruir su país. Pero Lo dudo seriamente. Occidente no quiere matar al dictador, quieren un país desestabilizado para poder meterse en el y chuparles hasta el alma.

 

Con esto sigo sin exonerar a parte de la izquierda, que todavía se aferra a ese horrible dicho del enemigo de mi enemigo es mi amigo. También les hay que cayeron en los mismos errores que occidente, hiendo a la cama con Gaddafi para obtener petroleo u otras ayudas y por lo tanto temerosos de levantar mucho la voz. Estos mismos ahora abogan por el dialogo y la paz, pero lamentablemente es un poco tarde para eso y occidente de nuevo tiene la sartén por el mango.

Si de algo peca esta izquierda, es de ser complaciente y a diferencia de su enemigo, el capitalismo brutal, no ser capaz de pensar con antelación ni de reaccionar rápido.

 

Lamentablemente para todos los trabajadores y pobres del mundo, veo como occidente y la derecha en general utilizara este fallo en criticar y en actuar como un arma para ganarse a la opinión publica.

 

 

Mientras tanto en Europa y EEUU debemos empezar a mirar a nuestro propio ombligo, ya que mientras miramos a África nos están intentando arrebatar casi todos los derechos por los que en Túnez, Egipto y oriente medio están luchando.

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